Publicado: 23/08/2021
Inicia DIF Jalisco la Semana de Actividades para las Personas Adultas Mayores

· Depresión y ansiedad son algunos de los efectos del confinamiento por Covid-19 aspectos a cuidar en nuestras personas mayores

En el marco del Día Nacional del Adulto Mayor, que se celebra cada 28 de agosto, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Jalisco, dio inicio a la Semana de festejos en el Estado, con la conferencia “Aspectos a considerar en atención de las personas Adultas Mayores ante COVID-19”, impartida por el gerontólogo Orlando Flavio García Uribe.

Ante la pandemia de Covid-19 que se presentó el año pasado el organismo asistencial no pudo llevar a cabo la celebración de este día, ante el confinamiento recomendado por las instancias de Salud, principalmente para este sector de la población por considerarse de mayor vulnerabilidad, recordó el Director General del organismo asistencial, Juan Carlos Martín Mancilla.

“Este año hemos dado arranque paulatinamente a las actividades con los adultos mayores, tomando todos los protocolos que corresponden para llevar una sana convivencia, hemos reducido los espacios con la finalidad de reincorporarnos a esta nueva normalidad”, destacó Martín Mancilla, al invitar a las personas de la tercera edad, a sumarse a las actividades que se han organizado por parte de esta institución y en los DIF municipales, de manera presencial y virtual.

El titular del Sistema DIF estatal, hizo un llamado a las personas adultas mayores que aún no se vacunan a que lo hagan, para que cuenten con una mayor protección en su salud, y así enfrentar la situación sanitaria por la presencia del Covid-19.

Al presentar su conferencia “Aspectos a considerar en atención de las personas Adultas Mayores ante COVID-19”, el gerontólogo de la Universidad de Guadalajara, Orlando Flavio García Uribe, mencionó que la pandemia ha generado cambios significativos, como una reorganización aunque con una desigualdad en las dinámicas de acuerdo a los distintos grupos sociales afectando de distintas formas a cada uno, pero principalmente a las personas adultas mayores ante el confinamiento que se ha vivido.

Un confinamiento produce aislamiento que puede llegar a provocar depresión, sobre todo, porque anterior a la pandemia el objetivo principal era trabajar por integrarlos a la sociedad, “como Estado buscábamos incluir a las personas, sacarlos de su hogar y hacerlos que se integraran a un grupo, abonar a un envejecimiento activo, abonar a la participación social de las personas mayores, y de un día para otro dices ya no puedes salir, lo que yo te quería ofrecer ya no te lo puedo ofrecer”, destacó el especialista al reconocer que fueron medidas necesarias ante la importancia de priorizar su salud.

Sin embargo, García Uribe, también reconoció que para muchas personas de la tercera edad trajo nuevas oportunidades positivas como el aprender a hacer uso de las tecnologías, canalizando su tiempo en nuevos aprendizajes.

 Reflexionó acerca del concepto del “viejismo”, los estereotipos y prejuicios que se atribuyen a las personas mayores que se traducen en discriminación, lo que se acrecentó durante el confinamiento, citando como ejemplo el que sólo podían acudir a ciertas horas al super mercado sin tener contacto con más personas.

El licenciado en Gerontología, habló de cómo el exceso de información en los medios de comunicación acerca del COVID-19, genera una ansiedad e incertidumbre, para las y los adultos mayores su acceso principal que es a través de radio y televisión, por lo que es necesario que éstos se sensibilicen ante las necesidades de este sector de la población para evitar generarles un mayor temor.

En sus conclusiones, Orlando García Uribe, destacó que las persona mayores sí son vulnerables, pero más que por las condiciones de salud, es por la desigualdad social; es necesario una interacción permanente con sus familiares, vecinos o entornos rurales; además de que se les facilite el acceso a las nuevas tecnologías, y considerar cuatro escenarios para su protección: los que viven solos, los que viven en hogares intergeneracionales, los que viven en estancias permanentes y los hospitalizados.